Ayer mientras corría en algún rincón de EUA encontré un enorme letrero que decía “Migrants are essential” (Los migrantes son esenciales). Tan pronto vi el letrero, comencé a conversar con un amigo cercano y pensaba en la migración, los tipos de migración, las causas, implicaciones, etcétera. Obviamente esto me hace pensar siempre en lo privilegiada que han sido mis últimas migraciones (más no las de niña porque eran diferentes), por ejemplo, ahora vivo en Londres por trabajo e idealismo y anteriormente he podido vivir en otros países por trabajo y/o estudios. Sin embargo, también me hace pensar en las migraciones que son forzadas, en busca de una mejor vida pero quizá no en las mejores condiciones. Esto también me llevó a pensar en una anécdota la primera vez que salí de México para vivir en Arizona, E.U.A.
En el 2010, Tania, aunque era muy joven aún, estaba ya muy cansada con el proceso de buscar y postular a becas a maestría, la aventura con Fulbright y otras organizaciones donde buscó financiamiento, había sido toda una travesía de resistencia, perseverancia y de disciplina. A estas altura, Tania estaba era muy feliz porque al final tenía un beca Fulbright para estudiar una maestría en un tema que le gustaba.
Finalmente, a inicios de mayo del 2010 le dijeron que era oficial, la Universidad de Arizona en Tucson, Arizona sería su nueva Alma Mater, iría a estudiar una maestría en Ingeniería Química y Ambiental. Tania estaba aún en Texcoco, trabajando para ahorrar lo más posible para los gastos que venían y ahora debía ir a Oaxaca a despedirse de mamá y la familia. ¡La aventura estaba por comenzar!
Había llegado el 3 de junio del 2010, el día en que la aventura comenzaría. Era mi primera subiéndome sola a un avión (solo había volado una vez antes en un viaje de estudio en grupo), llegué super temprano al aeropuerto de la ciudad de Oaxaca pensando que tendría que pasar una gran fila. Había mucha incertidumbre porque esta joven morenita y bajita fuera a Arizona porque dos días antes había entrado en vigor de la ley SB170 en Arizona que indicaba que podían detenerte por perfil racial. La preocupación de la gente era “Tania, eres muy morenita y bajita, claramente podrían detenerte, ¿Estas lista para los retos que implican?” Respondía que si, la verdad es que tenía miedo por todas las historias que veía en los medios, pero pensaba que estaría bien, no quedaba de otra, había que estar bien.
Después de 3 horas de espera en el aeropuerto, la hora de abordar el avión llegó, primero iría a Dallas llegó y de ahí haría una conexión a Tucson. Al sentarme en el avión, aunque iba vacío en un 70%, tenía como acompañante a un señor mayor, alto y de piel clara. Para esta narración, llamaré a este señor Michael. Michael se notaba inquieto, llamó a la auxiliar de vuelo y con mi limitado inglés ( o al menos eso infiero porque la verdad es que había pasado mis exámenes de inglés de dominio del idioma pero me aterraba hablar inglés y escucharlo, pues más o menos) entendí que le dijo – “Si el vuelo no se llena, ¿Podría reubicarme en otro asiento?”- Ella le respondió que sí podría cambiarse una vez que el vuelo estuviera en el aire.
Yo esperaba que él se cambiaría de asiento pronto pero solo veía que me observaba y se quedaba pensativo. Comenzamos a platicar o más bien, el comenzó el interrogatorio.
Michael – ¿A dónde vas muchacha, te ves muy joven, a dónde vas?-
Tania- A Tucson.
Michael- ¿A qué vas a Tucson?
Tania- Voy a la Universidad de Arizona.
Paul- ¿En serio? Qué bueno, yo soy profesor emérito de la una universidad en Arizona, trabajé en el Departamento de Antropología pero ahora vivo en la Costa Oaxaqueña con mi esposa, ella es Oaxaqueña. Me llamo Michael.
Tania- Ahh, que bueno. Mucho gusto, me llamo Tania.
Michael- ¿Y que vas a hacer en la Universidad? ¿Vas becada a la Universidad o cómo vas?
Tania- Sí, me gané una beca Fulbright y ellos pagarán por mis estudios. Voy a estudiar Ingeniería Química y Ambiental (Yo muy contenta por dentro y sonriendo).
Michael- Muy bien, esas son unas becas muy prestigiosas, seguro lo harás muy bien, muchas felicidades.
Tania- Gracias.
Michael- ¿Sabes? Al inicio quería cambiarme de asiento para ir más cómodo, pero cuando te ví, pensé que ¿Qué llevará a esta muchachita a EUA? Entonces pensé que sería más interesante quedarme a conversar contigo.
Yo pensando, seguramente ya encontró su objeto de estudio este señor y seguía como disturbada. El era entre amable pero también incrédulo, no sabía cómo leer su lenguaje corporal.
Michael- ¿Eres de Oaxaca? ¿De qué parte de Oaxaca eres?
Tania- Sí, soy de la sierra Mixe.
Michael- Muy bien, bueno, vamos a ver si no te quedas o te roban por allá.
Tania- No, tengo un contrato que dice que debo volver a México al concluir mis estudios.
Michael- Muy bien. ¿Sabes? Yo no estoy a favor de los migrantes, a mí no me gusta que vayan a mi país, me refiero a los ilegales, con migrantes como tu estoy bien porque aportan a mi país, con los otros no. Una de mis hijas vive cerca de Tucson, yo viajo cada año a visitarla, tomo un vuelo a Tucson, el mismo que tu tomarás, rento una camioneta y la voy a visitar. En el paso me encuentro a mucha gente cruzando el desierto ilegalmente, les doy un aventón, no los llevo con migración, los dejo en una iglesia al paso pero no estoy de acuerdo. Ahora con Obama y las ideas que tiene, tampoco estoy de acuerdo, mi hija y yo peleamos porque no coincidimos en nuestras posiciones en cuanto a migración pero ni modo que le hacemos.
Después de todo este episodio, yo no supe que más hacer, preferí quedarme en silencio y decir que quería descansar un rato.
Al aterrizar…
Michael- Vamos, yo te guío en este aeropuerto que es enorme.
Caminamos por el aeropuerto hasta llegar a las filas de migración, una entrada era para residentes y ciudadanos y otra más para visitantes con VISA como yo. Michael se formó conmigo, le dije que no era necesario, me dijo que sí, que el tenía tiempo aún y quería asegurarse que me la gente me trataba bien en su país. La verdad, los sentimientos e ideas eran confusos, tenía una amabilidad hacia mí pero sus ideas eran algo que me dejaban mucho que pensar. Llegó el momento de pasar migración:
Oficial- Pasaportes y visas por favor.
Michael y Tania- Entregamos nuestros pasaportes.
Michael- Quise acompañar a mi amiga para asegurarme que pasara bien aquí por migración.
Oficial- Muy bien, justo le iba a decir que usted podría pasar por la otra fila pero está muy bien, aquí pueden pasar los dos. Todo en orden, adelante.
Seguimos caminando por un rato más hasta que llegamos a los trenes:
Michael- Aquí nos separamos, yo voy a Chicago a visitar a otro hijo. Aquí tomas el tren X y te bajas en la puerta y. Ahí podrás tomar tu próximo vuelo a Tucson. Me dio mucho gusto conocerte y sé que te irá muy bien, mucho éxito. Te dejo mi tarjeta, si quieres algún día escribeme por correo, no uso e-mail o llamame.
Tania- Gracias.
La verdad es que seguía confundida. Una parte de mí decía que debía reaccionar con los comentarios de ese viaje, una parte de mí sentía miedo a lo nuevo y desconocido, una parte de mí sentía que debía sentirme agradecida por su amabilidad hacia mí a pesar de esa tensión con las ideologías.
¿Tú has estado en alguna posición similar? ¿Qué has hecho? ¿Qué hacemos como migrantes en otros países? ¿Qué hacemos con las personas que migran en nuestros propios países y pueblos? ¿Cuál es nuestra postura?